Segunda obra de una serie de cuatro pinturas, todas ellas a la vista en esta sala, esta pieza marca una transición que, a partir de obras de estructura geométrica o arquitectónica, desemboca en otras compuestas a base de capas, con gestos pictóricos que se llevan a cabo con una amplia paleta de grises y diversas técnicas, desde el pincel al espray. En culturas de la antigüedad, como la griega o la egipcia, las stelae se utilizaban en losas de piedra empleadas con fines conmemorativos o funerarios, así como para publicar leyes y edictos, registrar las hazañas y honores de los gobernantes o señalar zonas sagradas.