En High Psychotank (psycotanque en alto, 2014) el visitante puede experimentar, sin ropa, la sensación de flotar en un espacio cuya estructura traslúcida permite que la luz del día la atraviese. Cuando los visitantes se bañan en esta pieza, inspirada en un tanque de aislamiento sensorial (un espacio cerrado, sin luz ni sonido, en el que la persona se baña en agua con sal de Epsom y a la temperatura del cuerpo) sus cuerpos se muestran como una sombra convirtiéndose, para los que pasan junto a ella, en un elemento más de la escultura. El visitante dispone de una ducha que puede utilizar antes y después de acceder al tanque, así como de una zona de vestuario.