La adquisición por parte de la Fundación Botín de la mayoría de las obras que aquí se exponen se inicia a comienzos del siglo XXI. La selección incluye obra de maestros contemporáneos pero también de jóvenes artistas en proceso de convertirse —o convertidos ya— en figuras clave de su generación. La muestra aspira a ofrecer una perspectiva del actual estado de la práctica artística desde el punto de vista de la forma y del contenido, así como a repasar la evolución de las formas artísticas clásicas, el despliegue de nuevas narrativas y la forma en la que los artistas contemporáneos abordan un contexto cultural conformado por factores locales y globales. Todas las piezas seleccionadas plantean reflexiones sobre la complejidad de un mundo caracterizado por grandes mutaciones, inestabilidad social y conflictos y tensiones de todo tipo, amén de por una aceleración temporal que ha desembocado en una percepción cada vez más fragmentada de la realidad, con lo real y lo ficticio unidos de manera cada vez más inextricable. El arte y el espacio expositivo estarían entre los pocos bastiones supervivientes de un tiempo más pausado, un tiempo hecho para una observación y contemplación que, a su vez, alimenten la reflexión crítica y la comprensión.
En cierto modo la obras expuestas proporcionan también una perspectiva histórica de la labor llevada a cabo por la Fundación Botín en el campo de las artes visuales. Una labor centrada ante todo en compartir conocimiento a través de la difusión del arte contemporáneo entre un público cada vez más amplio y en poner a jóvenes artistas bajo la tutela de colegas veteranos, sin olvidar el apoyo, a través de becas y exposiciones, a artistas emergentes que se encuentren en momentos cruciales de sus carreras. De hecho, la colección ha reunido sus fondos por vía de dos procesos concretos. En primer lugar, incorporando piezas de maestros contemporáneos a través del Taller de Verano de Villa Iris, dirigido cada año por un(a) artista internacional de renombre que trabaja con un grupo de colegas más jóvenes seleccionados por él o ella. Durante más de dos décadas la Fundación ha adquirido obra de esos maestros. La otra línea de coleccionismo es fruto del programa de becas de producción y formación concebido para apoyar a artistas jóvenes que deseen avanzar en su profesionalización o producir un proyecto nuevo y ambicioso. La Fundación Botín ha incorporado obra de esos creadores, al finalizar sus becas o con posterioridad, mediante compra o donación.
Este recorrido proporciona información de piezas seleccionadas de la exposición.