Una obra invisible, sin color, sin textura, sin sonido, sin luz… ¿Qué nos queda? ¿cómo puede ser esta obra para que aun así la percibamos?

Un olor. Bueno, dos.

El tema sobre el que Carsten Höller hizo su tesis cuando trabajaba como científico versaba sobre “La comunicación entre insectos a través del olor”. Es un tema que le interesa especialmente y de ahí que en esta exposición lo aborde de nuevo.

De sobra sabemos que los olores condicionan nuestra forma de percibir y de estar. Sucede, que en ocasiones, los aromas son tan sutiles que no los percibimos conscientemente y aun así producen efectos en nosotros.

Pues bien, esto es lo que seguramente te suceda aquí.

Carsten Höller sabe que el sentido del olfato es el que activa nuestra memoria de manera más intensa. Por ello, con ayuda de la Colección Olor Visual ha creado dos olores. Uno de ellos le recuerda a su madre, el segundo a su padre. Ambos aromas se añaden al ambiente de manera automática. ¿Eres capaz de percibirlos? ¿Y diferenciarlos? ¿Crees que están condicionando tu percepción?