María Bleda y José María Rosa llevan más de veinticinco años fotografiando paisajes, siempre con el mismo objetivo: examinar la presencia —o ausencia— de huellas de acontecimientos sucedidos en el pasado en el lugar fotografiado. La composición de sus fotografías —clásica, siempre pictórica y con un cierto aire impersonal— actúa como una especie de prueba forense. Bleda y Rosa trabajan en series, siendo Campos de batalla una de sus más amplias y conocidas, una representación de lugares conocidos a través de los libros de historia pero que pocos hemos tenido la oportunidad de visitar o contemplar. Con ello, cuestionan la construcción del conocimiento y el imaginario colectivos. Por ejemplo, asociar el nombre de Waterloo con la imagen bucólica de un estival paisaje campestre tiene poco que ver con la representación de una batalla sangrienta que decidió la suerte del Imperio francés e instauró un nuevo orden geopolítico en Europa. La misma lógica cabe aplicar a otras series, como Ciudades, que muestra lugares con pocos rastros visibles —o ninguno— de urbanización; o Campos de futbol, donde la estructura precaria de unas porterías apenas sirve para indicar la función del lugar fotografiado.
Las cuatro obras que aquí se muestran forman parte de Origen, una serie en proceso en la que Bleda y Rosa comenzaron a trabajar en 2003. En este caso, el dúo de artistas ha investigado lugares en los que se realizaron grandes descubrimientos antropológicos que sirvieron de demostración de la Teoría de la Evolución de Charles Darwin y ayudaron a comprender el desarrollo de la humanidad durante los últimos 1,8 millones de años.
Cada título se compone del nombre de los restos humanos ahí encontrados, seguido del emplazamiento geográfico de su excavación. La imagen documenta el lugar del hallazgo, con el nombre del tipo humano debajo de ella, dando título a la pieza y apuntando asimismo a la discrepancia que existe entre la apariencia de la imagen y la relevancia histórica del sitio. El cráneo de Gibraltar fue encontrado en 1848 y constituye uno de los primeros grandes hallazgos antropológicos; el Homo Spyensis fue descubierto a finales del siglo XIX en la Cueva de Spy (Bélgica) y tanto el Homo Pacitan como el Homo Floriensis fueron encontrados más recientemente en el sudeste asiático y se corresponden con tipos de Homo Erectus anteriores al hombre de Neanderthal (hace entre 90.000 y 700.000 años).
Centro Botín
Muelle de Albareda s/n,
Jardines de Pereda
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