EL CENTRO BOTÍN INAUGURA LA EXPOSICIÓN “PULPO, CÍTRICO, HUMANO”, DE SHIMABUKU
- Mañana abre sus puertas al público la primera muestra institucional del artista japonés en España, que mostrará hasta el 9 de marzo de 2025 vídeo, fotografía, escultura, instalación y texto de Shimabuku, desde principios de la década de 1990 hasta la actualidad.
- Comisariada por el artista y Bárbara Rodríguez Muñoz, directora de exposiciones y de la colección del Centro Botín, la muestra incluirá una serie de piezas nuevas que involucran a comunidades locales, tanto humanas como no humanas, en las que se muestra la manera única del artista de documentar interacciones entre entidades diversas.
- Entre ellas, Going to meet the octopuses in Santander (Ir a conocer a los pulpos de Santander), un nuevo vídeo realizado en el lecho marino frente a la costa de Santander que documenta las interacciones de los pulpos con una serie de vasijas realizadas por el artista como ofrenda para estos animales acuáticos.
- También Flying People (Santander) – Gente volando (Santander), una obra creada en colaboración con ciudadanos de Santander y Cantabria que volaron de manera colectiva más de 100 cometas personalizadas que habían sido previamente creadas en actividades participativas dirigidas por el artista.
- A esta exposición le acompaña una publicación, coeditada con La Fábrica, con textos escritos para este proyecto por la investigadora Filipa Ramos y el artista Philippe Parreno, así como una conversación entre el artista y la co-comisaria.
Mañana sábado, 5 de octubre, abrirá sus puertas al público en la segunda planta del Centro Botín Pulpo, cítrico, humano (Octopus, Citrus, Human), la primera exposición institucional de Shimabuku en España. La muestra incluye vídeo, fotografía, escultura, instalación y texto desde principios de la década de 1990 hasta la actualidad. A través de sus acciones performativas afectivas y humorísticas, Shimabuku transmite la sencillez de la coexistencia cotidiana y la belleza de la relación entre las especies. Su práctica se basa en las relaciones, más que en la creación de objetos específicos, y anima a los espectadores a volver a familiarizarse con el mundo natural. Merece la pena destacar que, Ucomo parte del compromiso de la Fundación Botín con la producción artística, para esta exposición Shimabuku ha creado una serie de piezas nuevas con la participación de las comunidades localesU, tanto humanas como no humanas, incluida una obra submarina grabada en el lecho marino frente a la costa de Santander y otra con habitantes locales que han creado, junto con Shimabuku y un grupo de artistas locales, más de 100 cometas personalizadas que después volaron de manera colectiva en el anfiteatro del Centro Botín.
En su práctica artística, Shimabuku (1969, Kobe, Japón) genera encuentros improbables entre entidades diversas, deambulando y explorando distintos lugares de Japón y de otras partes del mundo para crear experimentos sociales y espaciales, abiertos y sin muchas directrices, tanto en la naturaleza como en espacios públicos, lo que permite que los organismos que los protagonizan -un pulpo, un cítrico, un humano— participen a su propio ritmo y con sus propias capacidades. Las entidades implicadas se convierten así en el público principal de sus intervenciones: una exposición para monos, una escultura para un pulpo, un encuentro entre un pez y una patata. Todo ello se documenta mediante fotografías, vídeos, esculturas o textos, que se muestran al público en exposiciones donde se derrumban las convenciones entre la naturaleza y la cultura; el proceso y la obra de arte; los públicos y los colaboradores. Sus obras surgen maravillosamente de lo mundano, de la propia curiosidad y deseos del artista, y evolucionan lentamente con el tiempo, con ciertos protagonistas que se manifiestan en variaciones a través de múltiples experimentos, adaptándose a nuevos contextos y ecologías.
Para Bárbara Rodríguez Muñoz, “Tal y como sugiere el título de la exposición de Shimabuku, Pulpo, cítrico, humano, su obra muestra -con gran candidez- el mismo nivel de curiosidad y compromiso hacia todo tipo de seres, exponiendo la belleza y variedad de interacciones que se pueden dar en el mundo vivo. Shimabuku se ha interesado especialmente por el contexto natural y social de Santander, desarrollando obras nuevas con la participación de protagonistas locales – humanos y no humanos -, lo que sin duda será percibido por nuestros públicos como una suerte de familiaridad cargada de asombro”.
Pulpo, cítrico y humano
En 2019, Shimabuku realizó una obra titulada Sculpture for Octopuses: Exploring for Their Favorite Colors (Escultura para pulpos: explorando sus colores favoritos), que consistía en colocar dentro de un acuario de pulpos una composición de canicas de cristal y jarrones realizados por el propio artista. Este experimento se basaba en la curiosa costumbre de los pulpos de recoger y llevar consigo piedras y conchas marinas, y su afición por meterse en espacios estrechos, como un jarrón de flores. Para esta exposición en el Centro Botín, Shimabuku ha colocado una versión más grande de estas vasijas en el lecho marino, frente a la costa de Santander. Así, Going to meet the Octopuses of Santander (Ir a conocer a los pulpos de Santander), 2024, fué una ofrenda para los pulpos y un escenario para observar sus interacciones, que han sido grabadas bajo el agua por un equipo de buceadores al que se unió el propio artista.
Como continuación de su proyecto Flying Me (Volándome), 2006, para el que se utilizó un autorretrato del artista a tamaño real y dibujado en una cometa que vuela silenciosamente por un cielo azul, en el Centro Botín Shimabuku ha trabajado con la población local en la creación de cometas a su imagen y semejanza, que volaron al mismo tiempo el pasado domingo, y que se muestran como instalación en el espacio de la exposición.
También se podrá ver la instalación Something that Floats/Something that Sinks (Algo que flota / Algo que se hunde), 2010, que presenta frutas y verduras dispuestas dentro de tanques de cristal con agua que exponen un extraño fenómeno natural: algunas frutas de la misma especie flotan, mientras que otras se hunden. Para la exposición, los recipientes contienen una selección de cítricos de otoño de Todolí Citrus Fundació, de la Comunidad Valenciana, una organización sin ánimo de lucro creada para el estudio y la divulgación de los cítricos y la citricultura.
Otras obras incluidas en la muestra exponen o generan el desplazamiento de seres vivos de un lugar a otro, como ocurre en Exhibition for the Monkeys (Exposición para monos), 1992, una serie de fotografías que documentan a los descendientes de los macacos japoneses que fueron trasladados a un santuario desértico de Texas para un experimento científico en 1972. Shimabuku tenía curiosidad por saber si esos monos aún recordaban la nieve, a pesar de no haber estado en contacto con ella durante generaciones, así que les trajo un montón de hielo de una gasolinera cercana y observó sus reacciones.
También se expone la película Shimabuku’s Fish & Chips, 2006, que documenta el encuentro entre los ingredientes del omnipresente plato británico mostrando a una patata que emprende un viaje submarino por Liverpool para encontrarse con un pez. La muestra incluye una serie de sus primeras obras fotográficas —Tour of Europe with One Eyebrow Shaved (Vuelta por Europa con una ceja afeitada), 1991; Symbiosis (hyacinth & black gold fish) (Simbiosis: jacinto y pez dorado negro), 1992; Christmas in the Southern Hemisphere (Navidad en el hemisferio sur), 1994, o Sitting on the Wave (Sentado sobre la ola), 1998— dando testimonio de su enfoque nómada y efímero de la creación artística y ofreciendo nuevos puntos de vista de la vida.
La exposición va acompañada de una publicación, coeditada con La Fábrica, con textos escritos específicamente para este proyecto por la investigadora Filipa Ramos y el artista Philippe Parreno, así como una conversación entre Shimabuku y Bárbara Rodríguez Muñoz. Además, en 2025 Shimabuku invitará a otros artistas a participar en el Taller de Arte de la Fundación Botín que dirigirá en Santander a modo de cierre de la exposición.