CHILLIDA LEKU Y EL CENTRO BOTÍN SE UNEN PARA CONTRIBUIR A CONSOLIDAR EL EJE CULTURAL DEL NORTE
- Los visitantes de cualquiera de los dos espacios podrán disfrutar de un descuento del 20% sobre el precio de la entrada del centro que no hayan visitado.
- La iniciativa entra en funcionamiento apenas tres semanas después de la reapertura de Chillida Leku.
- A través de este acuerdo, ambas infraestructuras pretenden contribuir a la consolidación del eje del norte como un fuerte atractivo cultural, tanto para la población local como para los visitantes.
Guiados por el objetivo común de contribuir a la consolidación del eje cultural del norte, Chillida Leku y el Centro Botín crean nuevos lazos que permitirán a sus visitantes obtener descuentos en los precios de las entradas. Gracias a la colaboración que han emprendido, cualquier persona que visite una de las dos instituciones obtendrá un flyer con el que podrá reducir en un 20% el precio de la entrada en el otro centro.
El código de descuento podrá tanto canjearse en taquilla como ser empleado en el proceso de compra online. En ambos casos será imprescindible la presentación del flyer en papel a la hora de acceder al museo para que la entrada sea válida. Esta promoción, que ya está en funcionamiento, permanecerá operativa hasta el próximo 31 de agosto.
El arranque de esta colaboración se produce apenas tres semanas después de que Chillida Leku haya abierto de nuevo sus puertas; un acercamiento que tiene como objetivo consolidar el eje del norte como un fuerte atractivo cultural, tanto para la población local como para los visitantes. “Ambos centros de arte son puntos fuertes en el panorama cultural de nuestro país. Su proximidad hace inevitable que se tiendan lazos entre Chillida Leku y el Centro Botín” apunta Mireia Massagué, directora del museo guipuzcoano, y añade: “tienen en común que ambos son lugares a los que se puede acudir una y otra vez, porque en ellos suceden cosas constantemente, una característica fundamental de cara a mantener el interés de la población local”.
Según Fátima Sánchez, directora ejecutiva del Centro Botín, “estamos muy contentos de esta colaboración con Chillida Leku, cuyo proyecto nos parece fantástico. El Centro Botín apuesta firmemente por la colaboración entre instituciones, pues sabemos que bien planteada puede dar sus frutos. Además, tan sólo nos separan dos horas de coche, por lo que incentivar con este descuento la afluencia turística entre Guipúzcoa y Cantabria, estoy segura de que será positivo para todos”.
Se inicia así una colaboración, con vocación continuista, entre el museo guipuzcoano y el centro de arte en Santander que busca generar sinergias y un flujo de visitantes que impulse la cornisa cantábrica como un referente del arte contemporáneo a nivel internacional.
SOBRE CHILLIDA LEKU
Chillida Leku está ubicado a las afueras de Hernani, muy cerca de San Sebastián (País Vasco), y está compuesto por un paraje de esculturas al aire libre y un espacio de exposiciones en el interior del caserío de Zabalaga; una construcción tradicional vasca construida en el siglo XVI. La casa y sus terrenos adyacentes fueron adquiridos en los años ochenta por Eduardo Chillida y su esposa Pilar Belzunce, quienes personalmente los restauraron y acondicionaron durante más de 15 años. Este proyecto de rehabilitación fue llevado a cabo en estrecha colaboración con el arquitecto vasco Joaquín Montero, que les ayudó a desarrollar esta visión sumamente personal del espacio expositivo. El escultor buscaba un hogar para sus obras –un “lugar” (en euskera, leku) – donde las generaciones futuras pudieran conocer y experimentar su arte en un emplazamiento inigualable.
La elección por parte de Chillida de esta ubicación para el museo refleja la conexión que mantuvo durante toda su vida con la comunidad local, el paisaje y la arquitectura del País Vasco. El edificio histórico está rodeado por 11 hectáreas (110.000 metros cuadrados) de terreno a lo largo de las cuales pueden admirarse cerca de 40 esculturas originales del artista, entre las que destacan Buscando la luz I (1997) o Lotura XXXII (1998), realizadas con acero corten, material con fuertes resonancias del pasado industrial de la región.