En 2002 Sandra Gamarra propuso la fundación del LiMac (Museo de Arte Contemporáneo de Lima), un proyecto que responde a la ausencia de un espacio dedicado al arte contemporáneo en su ciudad de nacimiento y que reflexiona sobre la importancia que para la cultura contemporánea tiene esa institución como creadora universal de modernidad. En su propuesta, Gamarra plantea el museo como una entidad cultural que transciende el espacio real de exposición.
El LiMac es un conjunto de objetos y documentos —entre los que se incluye un sitio web— exhibibles como obra de arte en un espacio expositivo. Rememorando el experimento que llevara a cabo Marcel Duchamp con su Boite en valise, la instalación se presenta con su colección, su tienda de museo y toda la parafernalia habitual en cualquier museo de arte contemporáneo de “nivel internacional”. Al reflexionar sobre la manera de percibir el museo en un mundo cada vez más globalizado y virtual, Gamarra juega con la realidad o relevancia de una institución de “cemento y ladrillo”.