Láminas retratos José Gutiérrez Solana
El constructor de máscaras, 1944.
Óleo sobre lienzo. 138 x 113 cm
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Lo más notable de esta pintura es, a mi modo de ver, el gran parecido de Emeterio con las caretas que fabricaba. Ahí es nada lo del ojo, diría Solana. No hay ningún pintor español en todo el siglo veinte, excepto Picasso, con una personalidad tan acusada como la suya. Más aún: mujeres picassianas con tres ojos apenas quedan ya por la calle; ahora, a los tipos que pintó Solana seguimos encontrándonoslos a todas horas, en cualquier parte, haciéndole la tertulia a un obispo o la carrera en Desengaño.
Emeterio era amigo de Solana. Tenía su taller en Las Vistillas, y allí iba a verle trabajar. Le admiraba la inventiva de su amigo. Algunas veces le sugería innovaciones, y Emeterio, que solo empleaba el amarillo, el rojo y el azul, además del blanco, se las hacía. No sabemos si este simpático vejete seguía vivo en los años cuarenta, porque en Madrid, entre checas, bombas y hambre, la guerra apretó lo suyo y se llevó por delante a mucha gente, entresacando bastante el panorama. Ya sé que el cuadro es de 1944, pero Solana pintó también muchos muertos. Si seguía vivo, fue seguro Emeterio quien construyó las máscaras que aparecen en Martes de carnaval, que Solana dibujó a petición de Neville. Impresiona ver esa gran película, es el mundo de Solana en movimiento, las calles viejas de Madrid, el Rastro, los tipos descoyuntados y destrozonas, los carnavales…
Decía Nietzsche que todo lo profundo ama la máscara y por eso a Solana le gustaba tanto pintarlas, porque era un pintor que iba por dentro. Cuenta Sánchez-Camargo que a Solana le molestó que Picasso le plagiara el caballo de «Toros en Ronda» o de «Toros en Turégano», no me acuerdo cuál, uno de los dos, años después de verlos en París en 1928; «cosa que no está bien», se limitó a decir. Se vengó en El constructor de caretas, haciéndolas cubistas, picassianas. Solo que siguen vivas. Por ejemplo: la que sostiene Emeterio en este cuadro. Parece que está esperando que su creador acabe de una vez, para oírle aquello de Miguel Ángel: Parla, Moïse! Todo en Solana habla, todo en él da que pensar, todo en él va por dentro.
Parla, Moïse!
(A propósito de El constructor de máscaras, de Solana)
Andrés Trapiello, escritor y experto en la obra de Solana.